En Argentina y la región se registra un derrotero político de creciente violencia. Especialmente sobre aquellos y aquellas que obstruyan el camino del mercado.
El 28 de agosto de 2013 la Legislatura neuquina aprobó el acuerdo de la provincia con YPF que constituyó el área Loma Campana y el inicio de la explotación de Vaca Muerta con Chevron.
¡Aparición con vida de Santiago Maldonado!
Desde 2015 la Agencia Federal de Inteligencia investiga de manera ilegal al pueblo mapuche y sus aliados en Chubut.
“Una superpotencia gasífera de escala global”. “Con infraestructura y correctas garantías a inversores, exportamos a largo plazo”. “No hay riesgos, es un combustible puente, una causa nacional” decían.
Vaca Muerta es un hueso duro de roer. Cada ola de inversiones se piensa como la exitosa, se ansía que esta vez se alcance la escala masiva. Tras los acuerdos impulsados por Mauricio Macri en los últimos meses esa era la meta, al menos.
La industrialización generada por Vaca Muerta puede tener un alcance similar al de la agroindustria. Apuntalada por el despliegue de infraestructura, la creciente cadena de valor se extendería hacia una mayor generación de insumos a nivel nacional.
Con un marzo de protestas la Argentina abrió el año político. Es que a días del paro internacional de mujeres, lesbianas, trans y travestis como todo el globo, el país intenta procesar el reclamo de la multitudinaria manifestación de hartazgo hacia la violencia patriarcal.
Para cerrar el año compartimos el “Informe económico sobre transferencias al sector hidrocarburífero en Argentina”, donde destacamos cómo y cuánto estimularon a las petroleras el Estado nacional y, tarifazo mediante, quienes usan y consumen energía.
En esta carrera contra el tiempo de visibilizar y problematizar “a costa de qué” se desarrollan las formaciones no convencionales, nuevos insumos se han trabajado en las Jornadas de fracking y la salud.